UNA PUERTA MAL USADA

17 de septiembre de 2011 a la(s) 18:41
UNA PUERTA MAL USADA
Por Boris J. Ramírez
¡He aquí Yo estoy a la puerta dando aldabonazos! Si alguno oye mi voz y abre la puerta,
Entraré a él y cenaré con él, y él conmigo. Apocalipsis 3: 20 (BTX)



Uno de los lemas del falso evangelio moderno es: “ábrele la puerta de tu corazón a Jesús…” Así también empieza la tan mal usada oración de fe…Dios mío, en este día, reconozco que soy pecador y te abro las puertas de mi corazón…” Esta frase es a menudo usada para intentar atraer a los incrédulos a Cristo, haciéndoles creer que la decisión de seguir o no a Cristo depende completamente de su voluntad caída. El problema de usar este texto de esta manera es el siguiente:
Que este versículo en su contexto original no está hablando a incrédulos con el intento de atraerlos al evangelio. Bíblicamente la manera de hablarle a un incrédulo no es la misma que se usa para un impío; esto se debe a que la condición de la naturaleza humana en los dos casos es completamente diferente. Uno está muerto y el otro está vivo en términos espirituales, aunque los dos tengan existencia. Apocalipsis 3: 20 se dirige específicamente a los hermanos de la Iglesia de Laodicea. Entonces es claro que Juan no está evangelizando, sino que está hablando a sus hermanos; está haciendo una reprensión como expresión de un acto de amor de parte de Dios.
“Yo reprendo y disciplino a todos los que amo, se pues fervoroso, y arrepiéntete” Apoc 3: 19
Es interesante resaltar la manera como este texto cierra la idea, con un llamado a la perseverancia y un recordatorio de que esta es la Palabra del Espíritu (ver 21 y 22). Seria inconsistente hacer un llamado a la perseverancia a alguien que no es creyente. Pues sólo los que han nacido de nuevo pueden escuchar la voz del Espíritu.
Otro problema en la interpretación de este pasaje, es la manera errada como se considera la condición del hombre después de la caída. Históricamente hay tres maneras como se ha interpretado la condición del hombre después de la caída; pero sólo una es Bíblica y verdadera. La primera, ha sido pensar que el hombre es bueno y que no le afectó la caída. En tal caso, el hombre tendría la capacidad de escuchar la voz y los aldabonazos en la puerta, levantarse y abrir la puerta; tal es el caso de los pelagianos. La segunda, ha sido creer que al hombre si le afectó la caída de Adán; pero no lo suficiente como para matarlo, sino para dejarlo enfermo en términos espirituales. En este caso el hombre enfermo todavía tiene un poco de aliento para escuchar, y aunque con dificultad, se puede levantar y abrir la puerta. Tal es el caso de los semipelagianos y arminianos. Finalmente hay una tercera posición, en la que se cree que el pecado de Adán afectó de tal manera al hombre, que lo dejó muerto espiritualmente y condenado a volver al polvo de donde fue tomado. En tal caso el hombre no puede ni siquiera escuchar la voz, mucho menos podrá levantarse a abrir la puerta. ¿Cuál de estas tres posiciones es la correcta y Bíblica? La respuesta es obvia e irrefutable ¡la tercera! Pues la misma Escritura nos responde:
“En cuanto a vosotros, estabais muertos en vuestros delitos
 Y pecados” Efesios 2: 1 (BTX)
“Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo:
 El que no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios. Juan 3: 3

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